La portería de México: ¿Renovación o confusión?

Una gira con oportunidades y dudas

La reciente convocatoria de la selección mexicana para una gira por Sudamérica, enfrentando a equipos de la talla de River Plate, Talleres y SC Internacional, ha reavivado el debate sobre la portería tricolor. En teoría, esta gira representaba una gran oportunidad para foguear a jóvenes promesas, especialmente considerando que el argumento oficial para no convocar a Guillermo Ochoa ha sido renovar y preparar a la próxima generación de arqueros. Sin embargo, las decisiones tomadas no parecen alinearse con ese propósito.

Los ausentes: ¿Dónde están los mejores?

Entre los grandes ausentes están Luis Ángel Malagón, Julio González y Álex Padilla, quienes, por distintos motivos, han estado en la órbita del Tri. Malagón, que ha mostrado consistencia en la Liga MX, no fue convocado a la Copa América por lesión, mientras que Julio González, a sus 32 años, fue el elegido como titular en el torneo continental. A Álex Padilla, una joven promesa en Europa, tampoco se le ha dado continuidad.

En su lugar, han sido llamados Andrés Sánchez, Fernando Tapia y Carlos «Tala» Rangel. Si bien la convocatoria de Rangel puede justificarse por su rendimiento estadístico, la inclusión de los otros dos parece más experimental que fundamentada. Esto deja dudas sobre los criterios reales para definir al portero del futuro.

Análisis estadístico de los porteros en la Liga MX

Analizando el desempeño en la Liga MX durante el Apertura 2024, varios nombres resaltan por su rendimiento. Luis Ángel Malagón, portero del América, jugó 23 partidos, con un promedio de 1.22 goles concedidos por 90 minutos, manteniendo su portería a cero en 7 ocasiones (30.4%). Julio González, quien defendió el arco de Pumas, tuvo un torneo sólido con 15 partidos jugados, un promedio de 1.13 goles recibidos por 90 minutos y 6 porterías a cero (40.0%). Carlos «Tala» Rangel, del Toluca, disputó 19 encuentros, promediando 1.05 goles concedidos por 90 minutos, con 6 porterías a cero (31.6%). Por último, Andrés Sánchez, del Atlético San Luis, participó en 17 partidos, con un promedio de 1.12 goles concedidos por 90 minutos y 5 porterías a cero (29.4%). Estos números reflejan un desempeño equilibrado, pero también muestran que hay porteros con estadísticas destacadas que han sido ignorados en esta convocatoria.

El legado de Ochoa: Un referente injustamente marginado

Guillermo Ochoa ha sido, sin discusión, el mejor jugador mexicano en las últimas tres Copas del Mundo. Su desempeño contra rivales de élite y su constancia en Europa son prueba de su vigencia y calidad. Sin embargo, en lugar de reconocer su valor como mentor o líder en el vestidor, se ha optado por marginarlo bajo el argumento de priorizar la renovación.

El problema no radica en la idea de renovar, sino en la inconsistencia de los mensajes y las decisiones. Si la intención es darle minutos a jóvenes porteros, ¿por qué no se le dio esa oportunidad a Malagón o Padilla en competencias como la Copa América? ¿Y por qué ahora, en una gira que podría servir para consolidar a esas opciones, se opta por arqueros que no han tenido el mismo nivel de exposición?

¿Renovación o improvisación?

El caso de Carlos «Tala» Rangel, aunque respaldado por estadísticas, no deja de ser un cambio abrupto en la narrativa. Su inclusión puede interpretarse como un reconocimiento al mérito, pero también como un ejemplo de la falta de una línea clara de desarrollo en la selección.

Por otro lado, Fernando Tapia y Andrés Sánchez, aunque con potencial, no tienen los mismos antecedentes que otros porteros marginados. ¿Se está construyendo un proyecto serio o simplemente improvisando con cada convocatoria?

El futuro de la portería mexicana: Una reflexión necesaria

México necesita ser congruente en la gestión de su portería. La exclusión de Guillermo Ochoa no tendría que significar su salida definitiva, especialmente cuando no hay un sucesor claro que pueda asumir el rol de líder. Tampoco tiene sentido marginar a porteros con méritos probados, como Malagón o González, en aras de experimentar con jugadores que aún no han demostrado suficiente.

Esta gira por Sudamérica debería servir como un laboratorio para consolidar el proyecto del Tri, no como un espacio para decisiones cuestionables que solo confunden a la afición y a los propios jugadores.

Conclusión: La portería como síntoma de un problema mayor

La falta de congruencia en las decisiones de la selección mexicana refleja un problema estructural más profundo. Renovar la portería no significa excluir sin razones válidas a quienes han demostrado su valía, ni improvisar con nombres nuevos sin un plan sólido. Es momento de reflexionar sobre el legado de Ochoa y apostar por una transición ordenada, basada en el mérito y la coherencia.

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