21 de marzo, 2025
La reciente decisión de la FIFA de excluir al Club León del Mundial de Clubes 2025 por incumplir los criterios de propiedad múltiple ha encendido una controversia en el fútbol mexicano. Para algunos, la sanción es una muestra de que el organismo rector del fútbol mundial finalmente ha decidido aplicar su propio reglamento sin contemplaciones. Para otros, es un castigo tardío, que pudo haberse resuelto con claridad desde el momento en que el equipo aseguró su clasificación.
El caso es un reflejo del doble discurso que ha caracterizado la gestión de la multipropiedad en México. Durante años, se ha permitido que ciertos grupos controlen más de un equipo bajo la premisa de una «independencia operativa», un argumento que la FIFA ha desestimado con esta decisión. En la práctica, los equipos que comparten dueño han operado con una relación simbiótica evidente, desde transferencias favorables hasta movimientos estratégicos de jugadores y entrenadores.
Si Pachuca decidiera llevar a James Rodríguez y Andrés Guardado, quienes previamente fueron contratados por León (en el caso de Guardado, incluso habiéndolo sacado del retiro), esto reforzaría la postura de FIFA de que ambos equipos no son realmente independientes. Independientemente de la validez de la sanción, este tipo de movimientos no ayudan a sostener el argumento de que operan de manera separada.
La FIFA, por su parte, tampoco queda exenta de crítica. Su postura ha sido tardía y reactiva, dejando que la incertidumbre se prolongue hasta este punto. En lugar de tomar medidas firmes desde el inicio del proceso clasificatorio, ha permitido que el fútbol mexicano siga operando bajo reglas ambiguas, dando pie a este tipo de escenarios. En otras confederaciones, la simple sospecha de multipropiedad habría sido suficiente para tomar cartas en el asunto antes de la fase final de la competencia.
La reacción en México ha sido predecible: León no aceptará la sanción sin dar pelea y buscará apelar en alguna instancia, aunque no está claro si el camino será el TAS u otro organismo. En cualquier caso, es probable que el club intente ganar tiempo y forzar una reconsideración de la FIFA.
Otro punto que aún genera incertidumbre es qué equipo tomará la plaza vacante. No hay claridad total sobre el criterio que seguirá la FIFA, aunque una posibilidad lógica sería elegir a uno de los subcampeones de las últimas dos ediciones de la Concacaf Champions League, como Los Ángeles FC o Columbus Crew. También podría considerarse a Pumas, que llegó a la final en 2022. Sin embargo, no hay garantías de que este sea el criterio definitivo, y algunos incluso especulan con que el lugar pueda recaer en el América, lo que abriría otra discusión sobre el peso comercial en las decisiones de FIFA.
La ironía en todo esto es que el fútbol mexicano sigue sin resolver su problema estructural de la multipropiedad, y el castigo de FIFA, en lugar de ser un parteaguas, solo servirá como un episodio más en la larga historia de acomodos y negociaciones en los despachos.
Kirol TV 
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