La hermanastra fea: ¿hasta dónde llegarías por belleza y poder?

El clásico de La Cenicienta cambia de piel en esta coproducción nórdico-europea. Aquí no hay hadas madrinas ni calabazas mágicas: solo dolor, ambición y un body horror que incomoda mientras pregunta cuánto estarías dispuesto a sufrir por alcanzar la belleza o el poder.

Aprovechando el interés que los nuevos públicos han mostrado hacia el body horror y el éxito de esta nueva oleada de cine de terror, llega a nuestro país La hermanastra fea, una coproducción entre Noruega, Dinamarca, Rumanía, Polonia y Suecia. La cinta reinterpreta La Cenicienta desde la perspectiva de Elvira, la hermanastra “fea” de la princesa, con un relato terrenal, oscuro y frío que no deja espacio a la fantasía.

La historia arranca con Agnes, una joven que pierde a su madre y queda al cuidado de su madrastra tras la muerte del padre. Sin embargo, la verdadera protagonista es Elvira, quien, al descubrir que la familia está en ruina, decide hacer lo que sea necesario para llamar la atención del príncipe Julian, que ha convocado un baile para elegir esposa.

Todos conocemos la fábula, pero aquí se invierte el ángulo: Agnes lo tiene todo —belleza, gracia, elegancia—, mientras que Elvira carece de ello. Y como vimos en La Sustancia, no hay precio demasiado alto cuando se trata de alcanzar la belleza. Elvira está dispuesta al dolor, al hambre y a la humillación con tal de conseguir lo que desea. El príncipe Julian, idealizado en su mente, pronto se revela como un hombre vulgar, incapaz de sostener la ilusión. Incluso la propia Cenicienta guarda secretos que rompen el mito de pureza que se le ha querido imponer.

La película brilla, paradójicamente, en su estética: la fotografía, el diseño de producción y el vestuario crean un reino tan gélido como desolador. El juego de luz y oscuridad acompaña y envuelve toda la cinta. Su narrativa se apoya en que el público ya conoce la historia original y desde ahí se sumerge en el horror corporal, la angustia y el asco para reforzar su mensaje: “cuál es el precio que pagarías por llegar por la belleza” y “nada es idílico, todo es mundano”. Aunque efectiva, a veces abusa de la repulsión gratuita, buscando el impacto por encima de la sutileza.

En cuanto a las actuaciones, destaca Lea Myren (Oslo, 2001), que carga la película sobre los hombros con una mezcla de anhelo, determinación y sufrimiento que conecta con el espectador. Ane Dahl Torp, recordada por La última ola, aporta solidez en un rol secundario que añade tensión, maldad y hasta risas a la dinámica familiar.

La hermanastra fea no es para todo el mundo. Se aleja por completo de la magia y la fanfarria que asociamos al cuento de Perrault o de los Grimm, y en su lugar aterriza la historia en el materialismo, la vanidad y la crudeza de su tiempo. Una crudeza que, al final, se parece demasiado a la nuestra.


Calificaciones

  • Mi calificación: 7/10
  • Rotten Tomatoes: 96%
  • IMDb: 7.0/10
  • Metacritic: 77%

Ficha técnica #eCine

La hermanastra fea (Den stygge stesøsteren).
Dir. Emilie Blichfeldt. Con Lea Myren, Ane Dahl Torp. Coproducción Noruega, Dinamarca, Rumanía, Polonia y Suecia, 2025. 109 minutos. Clasificación C.

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